William Burroughs.
Me despertó la voz de Thom Yorke interpretando “VideoTape”. Los altavoces están a tope. No sé donde estoy. Mi ropa apesta a cigarro. El sillón fue muy cómodo después de todo, el cansancio me derrotó, y me dejé caer en lo primero que se me cruzó. Ahora reconozco el lugar. ¡Sigo en el bar de los pelucas! Ya todos se han ido, solo están los pelucas poniendo música y sirviéndose tragos mientras intentan ligarse a la exótica y vulgar Rita. ¿Qué coña hora es? Reviso mi reloj y me sorprende el ver en la pantallita de cristal líquido que dormí 3 largas horas, ¡Son las 7 am! ¡Oh my god! Es hora de largarme de una buena vez. Me levantó en chinga y siento en breve un espantoso dolor de cabeza, ese dolorcito que te da después de haber abusado de las copas y que te punza contra las paredes de la “cholla” como cientos de cuchillos afilados. Mi boca esta reseca y mi aspecto es el de un chilapastroso cualquiera, el espejo no miente. Bajo un poco la mirada y veo que en el piso esta dormido ese joven que me estaba coqueteando hace unas horas, aquel que me recordó por su aspecto a William Burroughs en su juventud. Su cabello relamido, los lentes de pasta negros y la nariz tan peculiar, de esas narices que son grandes, pero a pesar de eso, las ves frágiles en exceso, como si el mismísimo contacto con el viento las fuera a quebrar.
Al parecer este canijo no se ha dado por vencido a pesar de saber que mi inclinación sexual lo excluye de cualquier posibilidad. Pero verlo ahí tirado……es como si se hubiera quedado velando por mi sueño. De cierto modo ahora me conmueve ver su figura escuálida yaciendo en el piso de concreto, muy a pesar de que unos instantes atrás me llegó a atosigar con su perorata. Me estaba hablando de Mecánica cuántica y demás calabazas que estoy seguro, se ha recetado en las películas esas de “¿Y tú qué chin….. sabes?”. Que castroso. Además, me tuve que reventar su tufo a ajo todo ese tiempo que lo toleré. Arggghhh.
Pero, ¡Wow! Si que tiene agallas para dormirse en el piso del sotano de una casona vieja de la Roma que adaptaron para Bar, el frio está de la cagada en este lugar. Si lo dejo aquí tirado quizá se muera de frío, aunque el capullo este se lo tendría bien merecido por ser tan insistente, vive a unas cuadras de aquí y aun así prefirió quedarse a dormir cerca de mí, muy a sabiendas de que no tiene oportunidad alguna. Jaaa. No lo puedo creer ¡me ha conmovido de nuevo! Puta madre. Lo tomo por su flacucho hombro y lo zangoloteo, después de un rato despierta, le hago saber que estoy por partir y que puede tomar el sillón para dormir si así lo desea. Se talla los ojos y me mira, me dice que él también desea largarse de ese refrigerador cuanto antes. Nos levantamos. Siento una avalancha en mi cabeza y todas mis tripas chillando, la sensación de hambre empieza a manifestarse de manera repentina. Soy un cadáver lleno de malestares. Salimos a la fría calle, ni siquiera nos hemos despedido de los pelucas. ¡Que más da! Igual y ya le estaban echando montaña a la pobre Rita cuando salimos.
Vamos caminando en dirección a casa de Billy, me ha pedido que lo acompañé, y yo como soy el señor “Bondad” no me he podido negar. Caminamos por Medellín hacia el sur, los barrenderos ya se encuentran haciendo su trabajo y hay pocos carros en la calle, la gente duerme en sus cálidas y deliciosas camas restregándose sobre los cuerpos de sus compañeros de sueño, y así todo mundo se encuentra en una situación bastante contraria a la mía. Que buena debe ser la vida de los amantes. ¡¡Qué rico!! El olor que despido en este momento es el de la envidia, de esa envidia que te carcome todo por dentro y te pudre. Yo aquí cagándome de pinche frío.
Repentinamente veo el nombre de una callecita perpendicular a Medellín, es “José Alvarado”.¡Que bella sorpresa! Volteo a ver a Billy y le digo en tono chungo: -Tú solías vivir ahí, ahí viviste con tu esposa a la que mataste de un tiro en la cabeza, y ahí te metiste un montón de arponazos en los años 50-. Me mira un tanto desconcertado como diciendo: -A este güey ya le esta haciendo daño el frío-. “José Alvarado” ha quedado atrás, esa era la calle donde tenía su residencia el autor de “Junky” y “El almuerzo desnudo”, el mismo que bien podría ser el abuelo de Billy por su enorme parecido físico.
Al fin hemos llegado a la casa de Billy. El se quedará ya en su camita y yo caminaré a la estación más cercana del metrobus para, todavía, dirigirme a mi coña y alejada casa. ¡Qué de la verga!
Billy me mira de una forma extraña, los ojos detrás de sus anteojos se han estacionado en los mios de manera terminante, penetrante. Me dice que pase a su casa. Me promete un buen desayuno. Me ha dicho que si quiero, me puedo bañar con agua caliente y dormir en una de las 2 camas que tiene. El argumento se oye tentador, pero, sé muy bien que lo hace porque quiere estar conmigo, y lo de las 2 camas no se lo creo, ese cabrón lo que quiere es que me descuide para propinarme una buena inyección de carne.
Así que me lo pienso mucho, él me hace saber que si prefiero irme no hay ningún problema.
¡Puta madre una vez más! Termino por aceptar.
Me estoy bañando y mientras tanto, él hace el desayuno. ¡Pero que baño tan impecable! Es impresionante la limpieza que le imprime este sujeto a su casa. Wow. Termino de ducharme, me visto y salgo rápido para dirigirme a la cocina, el olor a huevos con tocino le llama a mi pobre y hambriento estomago, lo único que le he propinado al pobrecillo en las últimas horas han sido solo duros golpes de alcohol (seguramente adulterado) y anorexia de la buena porque no he tragado nada.
Me siento a desayunar y me lo jambo todo, ¡Todo de un jalón! Billy es más tranquilo para comer, es delicado con la comida, la secciona de manera casi perfecta con los cubiertos, al contrario de mí, que yo la tomaba con el pan y me la llevaba así a la bocota. Jejeje, mis cubiertos terminaron impecables, no los use.
Le agradezco por el desayuno, fue una exquisitez total, un desayuno de reyes, aunque bien podría haberme ocurrido lo que le pasa a cualquier crudo hambreado cuando se lleva a la boca una “Muertorta” de Acoxpa. Las “muertortas” combinadas con la peda son el alimento más fino de la Tierra, si no me creen, pregúntenle a cualquier borracho. Bueno, al caso, ya me siento mucho mejor.
Billy se limpia las manos y echa un largo suspiro, mira hacia el exterior por la ventana, sus ojos están fijos en no se qué, parece que quiere decirme algo y no lo puede externar tan fácilmente, eso me pone un poco nervioso. Finalmente parece decidirse y me dice: -Me da mucho gusto que hayas aceptado pasar a mi casa y acompañarme, todo esto lo he hecho solo para hacerte sentir bien-.
Me he quedado frío con sus palabras, pues, se oyen……se oyen muy honestas y profundas. ¡Que clase de cumplido! Me siento muy alagado. De verdad que sí. De alguna forma me pongo en su lugar, sé muy bien que yo haría lo mismo por esa persona tan especial. Todas y cada una de esas cosas las haría por ella. El silencio rodea nuestras existencias y el cálido sol del domingo por la mañana atraviesa el cristal de las ventanas. Ya se respira en el ambiente la pesadumbre de nuestra tristeza. Él sabe que nunca me fijaré en él, y yo, yo sé que ella nunca se fijará en mi.
que onda señor! gracias por la fotos. Buen blog, este post me recuerda más que a Burroughs, a las ediciones españolas de editorial anagrama de él... te dejo mi blog
ResponderEliminarigual para cuando puedas darte un paseo por ahí
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